Rezar para despertar

... el problema es que siempre empezamos por nosotros mismos y nuestros esfuerzos y pedimos a Dios que los bendiga. ¿Cuándo fue la última vez que oíste a alguien orar por un aviva­miento, orar para que Dios abra las ventanas del cielo y derrame su Espíritu? ¿Cuándo fue la última vez que usted mismo oró por eso?
Sugiero seriamente que estamos descuidando esto casi por completo. Somos culpables de olvidar la autoridad del Espíritu Santo. Estamos tan interesados en nosotros mismos y en nuestras propias activi­dades que nos hemos olvidado del que nos hace eficaces.
Por todos los medios sigamos orando por los esfuerzos particulares, por el ministro y su predicación de cada domingo, por todas las organizaciones esenciales y por las campañas evangelísticas, si nos sentimos impulsados a tenerlas. Pero antes de todo, y después de todo,oremos y supliquemos por un reavivamiento. Cuando Dios envía un reaviva­miento, puede hacer más en un solo día que en cincuenta años de toda nuestra organización. Ese es el veredicto de la pura historia que emerge claramente de la larga historia de la Iglesia.
Esta es la mayor necesidad hoy, de hecho es la única esperanza. Por lo tanto, decidamos que día a día, y muchas veces durante el día, pasaremos nuestro tiempo ante Dios suplicando por el avivamiento.

Martyn Lloyd Jones


Del libro: "Autoridad"
Banner of Truth edición 1984

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